lunes, 4 de octubre de 2010

ROSARIO CASTELLANOS


Nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, después de su nacimiento fue llevada a Comitán, Chiapas, la tierra de sus mayores; ahí transcurrió su infancia y pubertad. A los 16 años regresó al Distrito Federal, graduándose de maestra en filosofía en la universidad Nacional Autónoma de México en 1952. Fue promotora de cultura en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez; trabajó luego en el Centro Coordinador del Instituto Indigenista de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, y en el Indigenista de México fue la redactora de textos escolares durante 5 años y durante 10 desempeñó la Jefatura de Información y Prensa en la UNAM, cuando fungía como rector el Doctor Ignacio Chávez, también fue catedrática en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma Universidad, ejerciendo siempre con gran éxito el magisterio, tanto en México como en el extranjero.

Feminista
El mundo de Rosario Castellanos estuvo cifrado por el feminismo, reflejando en sus poesías y ensayos la condición femenina de muchas mujeres, es por ello que su vida fue como espejo de las mujeres de su tiempo mediante la expresión de la dualidad aceptación-resistencia de lo regido por la figura ideal y del universo de lo inmediato.

Edificó un universo a partir de algunas formas de dominación social. En 26 años, de 1948 a 1974, Rosario Castellanos dedicó su vida a crear una obra que la expresara de cuerpo entero, y que al describirla fuese una especie de registro del mundo en el que le tocó vivir; lo femenino en su obra es un tema circular.

Sus obras
Cultivó todos los géneros, especialmente la poesía, la narrativa y el ensayo, colaboró con cuentos, poemas, crítica literaria y artículos de diversa índole en los suplementos culturales de los principales diarios del país y en revistas especializadas de México y del extranjero. En el periódico Excélsior colaboró asiduamente en su página editorial, desde 1963 hasta 1974.

Durante los casi 10 años de su escritura sólo publicó poesía; sin embargo, en 1957 publicó su primer novela Balúm Canán, el mundo indígena desde la perspectiva infantil, misma que ha sido reeditada en innumerables ocasiones y traducida a muchas lenguas; esta novela junto con Ciudad Real , publicada en 1960, que refleja la coexistencia entre indígenas y blancos y su primer libro de cuentos Oficio de Tinieblas (trata sobre el levantamiento de los indios chamulas en San Cristóbal en 1867), forman la trilogía indígena más importante de la narrativa mexicana del siglo XX.

Por otra parte, Los convidados de Agosto (1964), su segundo libro de relatos, recrea los prejuicios de la clase media provinciana de su estado natal y Álbum de Familia, 1971, aborda la clase media urbana. En 1972, Rosario Castellanos reunió su obra en el volumen titulado Poesía no Eres Tú.

Desde 1950, año en que publicara su tesis sobre Cultura Femenina, no dejó nunca de incursionar en el ensayo. En vida publicó 5 volúmenes y después de su muerte se publicaron otros 3; Juicios Sumarios (1966), Mujer que Sabe Latín (1973) y El Mar y sus Pescaditos (1975). De toda su obra, incluyendo su segundo volumen de teatro El eterno Femenino (1975), se desprende una clara conciencia del problema que significó, para su autora, la doble condición de ser mujer y mexicana.

Amor

Solo la voz, la piel, la superficie
pulida de las cosas.

Basta. No quiere más la oreja, que su cuenco
rebalsaría y la mano ya no alcanza
a tocar mas allá.

Distraída, resbala, acariciando
y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada,
sin advertir el ulular inútil
de la cautividad de las entrañas
ni el ímpetu del cuajo de la sangre
que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
ya para siempre ciego del sollozo.

El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.

Hasta que un día otro lo para, lo detiene
y lo reduce a voz, a piel, a superficie
ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
la oculta soledad aguarda y tiembla.

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