lunes, 4 de octubre de 2010

ENSAYO DIOS ESTÁ EN EL CEREBRO

DIOS ESTÁ EN EL CEREBRO
Matthew Alper


En este libro Matthew Alper demuestra lo que ha escrito desde que empezó una búsqueda personal para determinar si existía una realidad espiritual llamada Dios, es así como el autor muestra que la religiosidad y la espiritualidad son sencillamente un camino más en la evolución natural del hombre, y deja ver la religión como el resultado del temor a la muerte.

En cada capitulo de este libro se ven reflejados los pensamientos, escritos y estudios de un autor explícito, contundente, que se vale de un argumento muy bien investigado con el que pretende dejar en claro que las experiencias del ser humano se producen en el cerebro y que de este modo la existencia de Dios es una experiencia más reflejada en la conducta humana.

Lo curioso y lo fascinante de este libro, es ver como el autor plantea que no fue Dios el creador del hombre, sino el hombre el creador de Dios, puesto que este con sus oraciones, meditaciones y ritos espirituales se ha encargado de programar su mente y de que en esta existan alucinaciones y apreciaciones sobre una realidad divina aplicada desde nuestra mente que se arraiga cada vez más en lo inexistente del ser. Para resolver el problema de la existencia de Dios, de ese Dios que cada quien tiene en su imaginación Alper, no sólo recurrió al estudio de la ciencia, la física y la química sino que se adentro en esas realidades trascendentes, obtenidas a partir de la investigación del ser humano, de esas sensaciones del hombre asociadas a la espiritualidad y al sentimiento religioso.

Pero, es en esta parte donde el autor demuestra que ese Dios a el que le perfilamos huellas en nuestro cerebro no es más que el resultado de una acción cerebral, la cual hace parte de un proceso neurofisiológico que se limita a girar en torno al desarrollo de la imaginación del ser.
El libro me gustó mucho y me llamó mucho la atención porque definitivamente era lo que yo esperaba encontrar al leerlo, además de cierta manera Alper otorga todo lo necesario para que el lector comprenda su manera de escribir, apoyándose en planteamientos como el de resolver la existencia del hombre y el de demostrar que cada uno de los seres humanos percibe el mundo desde su única perspectiva. No obstante el autor en su libro califica lo anterior de la siguiente manera: “No sólo cada especie percibe e interpreta la realidad desde su perspectiva exclusiva, sino también cada individuo. Todos los individuos de nuestra especie poseen una combinación exclusiva de órganos sensoriales: ojos, nariz, boca y piel. {…} {Todos somos distintos} - no hay dos seres humanos que tengan exactamente el mismo conjunto de receptores sensoriales”.
El libro además me gustó mucho porque mediante la lectura le puede dar respuesta a muchas preguntas que en ocasiones han rondando por mi cabeza es más me parece espectacular la manera como el autor a través de su propósito con el libro hace alusión a que no se necesita creer en nadie para lograr lo que queremos. ¿Cuantas personas no creen en nadie y son felices en la vida? ¿Quien dijo que para ser felices y lograr todo lo que nos proponemos en la vida, es indispensable adorar o creer en alguien o algo? Finalmente creo que cada quien tiene su Dios, y cada quien alaba y goza de el o del lo que cree que existe. Pero verdaderamente hay algo que me parece irónico y es ver como aquellas personas que decimos creer en Dios sólo lo utilizamos como un escudo y en el ponemos todas nuestras fallas y fracasos y más irónico aun creer en lo que se dice en los diarios o revistas, y tener el cinismo de cuestionar lo que la Biblia dice. ¿A caso es eso creer en Dios?
Por: Nataly Gómez

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